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¿Es necesario el cispassing? Lo que muchas mujeres trans desearían que más personas entendieran

Cuando hablamos de transición, hay una palabra que suele aparecer una y otra vez: cispassing. Para muchas personas trans, la idea de «cispassing» o “pasar” por una persona cisgénero puede parecer un hito, una meta final o incluso una estrategia de supervivencia.
Pero, ¿es realmente un objetivo común? Y más importante aún, ¿debería serlo?

Vamos a analizar las historias reales, las presiones y las decisiones detrás del cispassing para mujeres trans, y por qué esta conversación es mucho más profunda de lo que parece.

¿Qué es el ‘cispassing’ y por qué importa tanto?

Cispassing significa ser percibida por otras personas como una persona cisgénero, sin ser cuestionada, identificada como trans (clocked) o malgenerizada.

Para muchas mujeres trans, especialmente en las primeras etapas de la transición, ser leída como cis puede sentirse como una validación. Puede aliviar la carga emocional de ser observada, interrogada o, peor aún, acosada. En ciertos contextos, pasar no es solo encajar: puede ser un salvavidas literal.

Pero el peso emocional de esta palabra… es enorme. Porque aunque pasar puede brindar consuelo, también puede reforzar la idea de que tu género solo es válido cuando los demás no notan que eres trans. Y ahí es donde empieza lo problemático.

¿Es el cispassing realmente una meta… o solo una expectativa social?

Aquí es donde está el matiz: el cispassing es una meta para algunas, pero una presión para muchas.

Algunas mujeres trans sí buscan activamente una apariencia o presentación que se alinee con los estándares de belleza tradicionales: ya sea mediante hormonas, cirugía, moda, entrenamiento vocal o maquillaje. Y eso es completamente válido: es una decisión personal.

Pero para otras, la obsesión con pasar se siente más como una exigencia externa que como un deseo genuino.

La sociedad nos dice a menudo que para ser aceptadas, debemos encajar. Además, constantemente se nos bombardea con imágenes sobre cómo “debería” lucir una mujer: delgada, sin vello, de rasgos suaves, femenina, perfecta.

Estas expectativas afectan tanto a mujeres cis como trans, pero a las mujeres trans les afectan el doble, porque se suman al escrutinio constante sobre su género.

El papel del cispassing en la seguridad, la validación y el acceso

Seamos honestas: el privilegio de pasar existe.

Las mujeres trans que son percibidas como cis suelen tener un acceso más fácil a derechos humanos básicos: vivienda, empleo, atención médica o simplemente caminar por la calle sin ser acosadas.

Así que para muchas, tratar de pasar no tiene que ver con la vanidad, sino con la supervivencia.

Ser vista y tratada como mujer sin “peros” significa menos preguntas, menos miradas, y menos recordatorios de que eres considerada “diferente”.

En ese contexto, el deseo de pasar es completamente comprensible. Pero también pone en evidencia cuánto nos falta aún para construir un mundo en el que las personas trans sean respetadas sin importar su apariencia.

El clima político: por qué el cispassing parece más seguro que nunca

En los últimos años, el sentimiento antitrans se ha vuelto cada vez más visible en el panorama político, especialmente en EE. UU., Reino Unido y algunas partes de Europa.

Leyes que atacan la atención sanitaria afirmativa, el acceso a baños, la participación de personas trans en deportes, e incluso la forma en que se pueden abordar las identidades trans y diversas en las escuelas, han pintado un panorama desalentador para muchas personas LGBTIQ+.

En este contexto, el cispassing no es solo un objetivo: se convierte en un escudo.

Para muchas mujeres trans, especialmente en lugares donde el odio antitrans va en aumento, ser visiblemente trans puede significar ser blanco de ataques. Puede resultar en acoso público, malgenerización en consultas médicas, negación de oportunidades laborales, e incluso ser acosadas, amenazadas o agredidas.

Así que sí, hoy en día el cispassing muchas veces equivale a seguridad. No porque debería ser así, sino porque el sistema falla a la hora de proteger a quienes son visiblemente diferentes.

Las mujeres trans que “pasan” también sufren discriminación, pero quienes no lo hacen están en mayor riesgo. No es justo, pero es la dura realidad que muchas enfrentan.

Escucha las voces transamericanas.

Cuando el cispassing se vuelve una trampa: transfobia interiorizada y agotamiento

Aquí es donde empieza el problema.

Cuando pasar se convierte en la única versión aceptable de la feminidad, puede llevar a una profunda transfobia interiorizada.
Algunas mujeres trans sienten que han fracasado si no “parecen lo suficientemente cis”. Otras sienten que su identidad está constantemente bajo juicio público.

Esto alimenta un ciclo interminable de comparación, vergüenza e inseguridad, que agrava una disforia de género ya de por sí debilitante.

Tratar de mantener una imagen de cispassing todo el tiempo es agotador.

No todas tienen el tiempo, los recursos ni la energía mental para maquillarse a diario, cambiar su voz constantemente o ajustarse a normas binarias. Esa presión consume tu alegría y te desconecta de tu yo auténtico.

La verdadera pregunta no es “¿Paso por cis?” sino “¿Estoy segura y soy reconocida?”

Al final del día, pasar no es bueno ni malo. Es simplemente un camino entre muchos.

Lo que más importa es que cada mujer trans esté apoyada, vista y pueda vivir su identidad de género de una forma fiel a sí misma.

Así que ya sea que pasar sea tu meta, tu realidad o algo que ni siquiera te interese, recuerda esto: tu feminidad no la define cómo te ven los demás. La defines tú.

¿Y si te da igual «pasar»?

Cada vez más mujeres trans están reclamando su espacio fuera del molde del cispassing.
Eligen la visibilidad por encima de la invisibilidad. Abrazan expresiones de género que no necesariamente encajan con los ideales cisnormativos. Y demuestran que las mujeres trans no le deben al mundo una feminidad estereotipada.

En otras palabras: no pasar también es válido.

Algunas mujeres trans encuentran poder en ser visiblemente trans. No se trata de ser “valientes” o de hacer una declaración. Se trata de autenticidad, y de negarse a encogerse para ser aceptadas.

Cómo apoyar a personas trans sin reforzar la presión de pasar

Si tienes cerca a una mujer trans, seguramente deseas que se sienta segura, amada y con confianza. Eso es hermoso.

Pero hay algo que muchas personas no se dan cuenta: incluso comentarios bien intencionados pueden reforzar, sin querer, la idea de que necesita verse de cierta manera para ser aceptada.

Ahí entra el concepto de “presión por cispassing”. No se trata solo de apariencia: se trata de supervivencia, seguridad, validación e identidad.

Si quieres ser un verdadero apoyo que eleva sin añadir peso, aquí algunos consejos:

Afirma su identidad, no solo su apariencia

Es natural querer elogiar, pero en vez de centrarte solo en su feminidad física, intenta destacar cosas que validen a su ser completo. Celebra su risa, su fuerza, su inteligencia, su creatividad – su humanidad.

Por ejemplo, podrías decir:

“Hoy irradias luz, no por cómo luces, sino porque pareces en paz contigo misma.”

“Siempre traes calidez a cualquier lugar.”

“Me inspiras con lo fiel que eres a ti misma.”

Sé cuidadosa con comentarios tipo: “¡»Pasas» perfectamente!”

TAunque suene a cumplido, puede transmitir la idea de que pasar es el objetivo… o peor aún, que su valor depende de su capacidad para parecer cis.

En su lugar, podrías decir:

  • “Te ves con mucha confianza hoy.”
  • “Te ves como tú misma, y eso es hermoso.”
  • “Me enorgullece cómo has crecido en tu identidad.”

Porque ser mujer no es una actuación. Es una verdad que vive, no una imagen que se construye.

Comprende el panorama más amplio: no se trata solo de estética, sino de seguridad

Para muchas mujeres trans, pasar puede significar evitar miradas, violencia o acoso.

En el clima político actual —con leyes y discursos antitrans sembrando miedo— simplemente existir de forma visible como mujer trans es un acto de valentía.

Pasar a veces equivale a acceso a la dignidad básica. No porque deba ser así, sino porque la sociedad aún no ha evolucionado.

Si decide realizarse cirugías, entrenamiento vocal u otros pasos afirmativos, entiende que puede ser por supervivencia, no por vanidad. Y si no lo hace, eso también es válido.

Edúcate para que ella no tenga que hacerlo siempre

Las personas trans ya hacen el trabajo emocional de navegar un mundo que las malinterpreta.

No la conviertas en tu única fuente de información. Investiga por tu cuenta.

Lee sobre experiencias trans, disforia, discriminación sistémica y afirmación de género.

Y cuando cometas errores, discúlpate, aprende y sigue presente. Sin defensividad ni culpa: solo crecimiento.

Recuérdale que no tiene que ganarse tu amor

No necesita lucir perfecta para merecer tu respeto. No necesita sonar de una forma específica para tener tu apoyo. Y definitivamente no tiene que cumplir con estándares ajenos de feminidad para merecer tu amor.

Pequeños recordatorios pueden hacer una gran diferencia en un mundo que aún intenta hacerle sentir que no es suficiente.

Crea espacios seguros donde pueda simplemente ser

A veces, el mayor regalo que puedes ofrecerle a una mujer trans es un lugar donde pueda bajar la guardia.

Eso puede significar:

  • Corregir a otros cuando la malgenericen, para que ella no tenga que hacerlo.
  • Pedir permiso antes de tomarle fotos.
  • Incluirla en conversaciones que le importen.
  • Escuchar —de verdad— sin juzgar ni querer arreglar nada.

Déjala ser desordenada, callada, alegre o insegura. Déjala ser humana.

Porque cuando se siente segura contigo, ahí ocurre la magia.

Pensamiento final: respeta a las personas trans

Ya sea que una mujer trans pase, decida no hacerlo o simplemente no le importe, merece lo mismo que cualquier mujer: seguridad, respeto, libertad y alegría.

Dejemos de medir la feminidad según lo “convincente” que parezca.

Enfoquémonos en construir un mundo donde las mujeres trans no necesiten pasar para sobrevivir.

Un mundo donde ser visiblemente trans no signifique estar menos protegida. Un mundo donde la autenticidad importe más que la asimilación.

Porque la pregunta no debería ser: “¿Paso?” Sino:“¿Estoy segura? ¿Soy vista? ¿Soy amada por quien soy?”

Autor

  • Victoria Vera

    Hola, soy Victoria Vera, especialista en redes sociales y creadora de contenidos en Facialteam. Mi viaje dio un giro emocionante cuando tuve la oportunidad de formar parte de Facialteam, ¡una experiencia que me cambió la vida! Desde el primer minuto, el equipo me ha apoyado y animado mucho. Me siento especialmente satisfecha de poder contribuir a la comunidad trans y LGBTQA+ con nuestro trabajo. ¡Espero conoceros pronto! Sigamos en contacto a través de las redes sociales de Facialteam.

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